Esto que os propongo es una invitación a transportarnos, durante unos minutos, al año 1890, en nuestra ciudad, Sevilla, para poder comprobar como la percibían nuestros conciudadanos de la época.
Eran tiempos de cafés cantantes, de casinos y grandes bailes; de las píldoras Holloway, que curaban las afecciones de los nervios; de ateneos y círculos krausistas, de prensa liberal, de controversias ideológicas y de inundaciones del Guadalquivir; de las epidemias de cólera y de la zarzaparrilla de Bristol.
Podemos ver los puestos de agua y kioskos de la Alameda de Hércules y de los jardines de Cristina que suponen la culminación estética de los viejos puestecillos de arquitectura efímera que existían con anterioridad en la ciudad. Ahora, en este final de siglo, presentan ya una estructura de forja y vidrio, de corte romántico y con unas dimensiones catedralicias para su función.
Sevilla se recuperaba de la primera parte de la Restauración, de los avatares de un siglo particularmente duro y aunque a España empezaban a no quedarle colonias que perder, en Sevilla existía un cierto júbilo inconsciente. Al final de la década de los 80 se inauguraba el manicomio de Miraflores, quizás vaticinando la bendita locura que en 1890 estallaría provocando sentimientos eternos, irreversibles...
En ese año , la tauromaquia sevillana suspiraba por uno de los primeros toreros con sello artístico: Fernando El Gallo, y con otro que empezó con cuarenta quilates de valentía y acabó con los mismos: El Espartero.
Fernando El Gallo, en su famoso cambio de rodillas, que llegó a denominarse "el quite del perdón".Fernando Gómez García, patriarca de la dinastía de los Gallo. Nace en Sevilla el 18 de Agosto de 1847.La cesión de trastos corre a cargo de Bocanegra en la Maestranza de Sevilla el 16 de Abril de 1876.
Manuel García "El Espartero se convierte en auténtico héroe en Sevilla. Los jóvenes le imitan hasta en sus andares y en su manera de peinarse. Las mujeres sevillanas le idolatran. Manuel es bautizado en Sevilla el 22 de enero de 1865. Su apodo lo toma de la espartería que regenta su padre en la Alfalfa.Toma la alternativa el 13 de septiembre de 1885, en Sevilla, de manos de Antonio Carmona "el gordito". A partir de 1890 El Espartero adquiere consistencia y seguridad en su toreo.
Sevilla trataba de remontar el vuelo, y sus círculos sociales más preparados pujaban por devolverle a la ciudad un papel de privilegio en la vida nacional.
Era una ciudad quieta, en la que advertiremos no pocos cambios en casas, esquinas, plazas y firmes.
En el puerto y en un ambiente único en ese momento.
Desde que Balbino Marrón, arquitecto municipal, alineara lo que era el barrio de la Cestería comenzó a conformarse como barandilla del río. El tráfico era mínimo y el pavimento aún era terrizo, sin adoquinar. El acceso al muelle nos introduce en un ambiente de actividad portuaria de cierta importancia.
Desde que Balbino Marrón, arquitecto municipal, alineara lo que era el barrio de la Cestería comenzó a conformarse como barandilla del río. El tráfico era mínimo y el pavimento aún era terrizo, sin adoquinar. El acceso al muelle nos introduce en un ambiente de actividad portuaria de cierta importancia.
A la ciudad no le faltaban problemas: los periódicos de aquellos días (El Baluarte, El Correo de Andalucía,etc.) se hacían eco de los montones de basura, de los mendigos que inundaban las aceras y de los puestecillos de ventas que entorpecían la circulación y, en definitiva, de la escasa salubridad pública.
La portada del Palacio Arzobispal suponía un auténtico termómetro social en cuanto a los personajes colaterales que por ella pululan.En estas fechas, el ambiente pedigueño era importante produciéndose en este entorno una ósmosis de mendigos fluctuantes con la Puerta de Palos de la Catedral y personajes provenientes de las paradas de carruajes cercanas.
Entorno de la feria de ganados en el Prado de San Sebastián con la Fábrica de Tabacos, al fondo, humeante.
El corral de vecinos corresponde al que había en el número 11 de la calle Pagés del Corro en Triana. En esta misma calle había multitud de inmuebles con características parecidas en este año de 1890.
La música clásica y en la enseñanza musical comienza a tomar fuerza en la vida cultural con autores sevillanos como Jiménez, García Torres, Mariani y otros, junto a personajes como el fabricante de pianos Piazza, sin olvidar la programación lírica del Teatro San Fernando en la calle Tetuán. Además del mencionado teatro, la ciudad contaba con otras tres salas en 1890; el Cervantes en la calle Amor de Dios, donde estrenaron su primera obra los hermanos Alvarez Quintero; el Teatro Circo del Duque, en la calle Trajano; el Eslava, un espacio para el verano frecuentado en más de una ocasión por los sportmen del Sevilla Football-Club.
En el apartado cultural, aparece en escena en su etapa más fecunda el músico Evaristo García Torres. Sacerdote y canónigo, ejerció como organista de la Catedral y gran compositor que organizaba cursos en la Sociedad Filarmónica de Sevilla. Fue maestro entre otros de Luis Leandro Mariani y Joaquín Turina.
A continuación vamos a mostrar el aspecto que ofrecían en este año de 1890 determinados lugares emblemáticos de la ciudad.
el Consulado.
Vista general de la Catedral. Apenas dos años antes se había producido el hundimiento del cimborrio. Se achacó a la mala construcción del pilar sudoeste del crucero, descompuesto en su interior.
Calle Sierpes, a finales de la década de los 80 en el siglo XIX, siempre plena de bullicio. En ella se encontraba ubicado el mítico Café Suizo, cuyos salones fueron testigos mudos el 8 de marzo del año que nos ocupa del banquete ofrecido por el Sevilla Foot-Ball Club a sus invitados del Recreation Club.
La Plaza nueva se convertía en el lugar apropiado para el paseo y el descanso momentáneo en sus numerosos bancos. En el centro apreciamos el baluarte o tarima desde la que se interpretaban piezas musicales.
La parada del tranvía de mulas estaba ubicada en la plaza de San Francisco, frente a la Audiencia. El servicio llevaba funcionando desde 1886. Las obras para el tendido de los raíles se encargaron a la Seville Tramway Company Limited.
La Plaza de San Francisco en Viernes Santo, 1890.
Somos testigos, a través de la instantánea captada por el fotógrafo de la gran actividad comercial desarrollada en la entrada a San Pablo por la calle Reyes Católicos en un día corriente con multitud de carros, animales, carruajes y personas.
Monasterio de La Cartuja desde la orilla izquierda del Guadalquivir. Podemos observar el poco calado del lecho en este tramo del cauce gracias al jinete que está cruzando el río sobre su montura.
Como muestra la fotografía de 1890, el foot-ball no era la única actividad deportiva que se practicaba en la ciudad, ni el Sevilla Foot-ball Club el único Club organizado que existía por aquellas fecha pues el velocipedismo tuvo bastantes adeptos en la ciudad desde su introducción. Ya en 1887 existía un Club Velocipedista de Sevilla que se anunciaba en la prensa de la época (El Porvenir, 5 de Abril de 1987) y que organizaba excursiones, demostraciones en la Maestranza, conciertos y veladas populares, algo parecido a lo que un par de años más tarde llevaría a cabo el Recreation Club en su ciudad.
Sevilla, Tablada, Huerta de Los Remedios, Vega de Triana y río Guadalquivir. Todos ellos tuvieron el privilegio de asistir como espectadores al primer partidillo de entrenamiento serio celebrado por un Club en este país.
Para finalizar, fuera ya de nuestra ciudad y a modo de homenaje al Sevilla Foot-Ball Club y a la vecina Huelva sirvan estas dos imágenes que en el año 1890 y sucesivos fueron habituales
Antigua calle Bailen, actual Gran Vía, con el Hotel Colón.
Huelva. Estación de ferrocarril a Sevilla.
Fuentes:
Fuentes:
- Sevilla en blanco y negro. Inmaculada Molina y Elena Hormigo
- Sevilla recuperada. Miguel Ángel Yañez Polo
- Sevilla. Imágenes de hace 100 años. Equipo 28
- Toreros de Sevilla. Luis Nieto Manjón
- Charlas magistrales de mis amigos del A. de H. A.R.
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